Así, el tornillo se desplaza un paso de rosca dentro de la pieza (formando lo que en inglés se conoce como “cross-threading”) y queda ladeado, lo que puede provocar daños en la rosca receptora o incluso dejarla inutilizable y, en consecuencia, dar lugar a fallos en la producción y, en parte, ocasionar costes de mecanizado considerables.