Menos esfuerzo, costes más reducidos. Gracias a la eliminación de procesos que antes eran necesarios, como el taladrado, el terrajado o la limpieza; y a la optimización del aprovisionamiento de herramientas, del mantenimiento de stocks y de los tiempos de ciclo, existe un ahorro potencial de hasta un 30 %. No en vano los tornillos autoperforadores ocupan una posición cada vez más preponderante en el mercado.